martes, 15 de noviembre de 2011

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Los niños son mucho más de lo que estudiamos en la Facultad. Y traen muchas más cosas de serie de las que nos imaginamos: más mocos, más piojos, más padres, más problemas, más actitudes incomprensibles, más regalos, más "Mamás", más "Qué guapa estás"...
A veces, a días, no me siento preparada para llevarlo todo con una sonrisa. Hay veces en que les mandaría a tomar viento a la octava vez que me preguntan lo mismo, hay veces en que me importan un comino las historias sobre su tía o su abuela, hay momentos en los que me golpearía la cabeza contra la pared, momentos en que les daría una colleja, ratos en los que me gustaría ponerles en mute...
Lo peor de todo es saber que es cosa tuya, que los niños están más o menos igual de pesados todos los días, igual de gritones, igual de charlatanes. Pero en esos momentos en los que no puedes más, desearías tener un trabajo de oficina en el que poder aparentar que trabajas mientras juegas al solitario, aunque sea cinco minutos, un trabajo en el que poder levantarte un momento en mitad de cualquier cosa y tomarte un café a cualquier hora. Te gustaría no tener que abrochar pichis, poner lazos, desatascar cremalleras, atar zapatos, buscar a la dueña de unas bragas perdidas, preguntar a un niño por qué lleva un calcetín de cada color, desenredar nudos imposibles.
Quizás el fallo es que la Facultad no esté al lado de un colegio, como antiguamente. Así llegaríamos ya entrenados para no necesitar el silencio, para vivir a toque de campana, para no parar. Y quizás entonces todas las entradas en los blogs de las profes novatas serían positivas como hasta ahora. Pero qué queréis que os diga, también nosotras tenemos nuestros días.

1 comentario:

  1. No me imaginaba que desde que llegan los niños hasta que se van, no tendría ni un minuto para sentarme: siempre hay que ayudar, aconsejar, echar la bronca, consolar...Y claro, cuantos más pequeños más dificil, y hasta necesitarías dividirte por la mitad...
    Y como tú dices, la paciencia para repetir eso que acabas de explicar...
    En fin, tantas cosas! Me siento como tu.
    Gracias por el blog, siempre, siempre, siempre...=)
    Una compi!

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