miércoles, 13 de octubre de 2010

Poker face

La empresa que me ha contratado se jacta de seguir el "direct method", cuya principal característica es que la única lengua utilizada en el aula es el inglés. Esto da lugar a múltiples situaciones en las que María tiene que gesticular, saltar y vocalizar hasta aparentar cierto trastorno mental para, finalmente, desistir y decir la dichosa palabra o instrucción en castellano común, siempre intentando que el coordinador no me oiga ("está para ayudaros, no para vigilaros" pfff...)

Y es que está muy de moda esto de demonizar la lengua materna, y, como humilde maestra novata, considero que es un gran error. La lengua materna nos proporciona la estructura de aprendizaje de las demás y es un apoyo extremadamente útil en la enseñanza de lenguas extranjeras. Sólo conociendo a fondo cómo hablan y, por lo tanto, cómo piensan nuestros alumnos podremos entender las razones que les llevan a cometer determinados errores y las estrategias que deben seguir para corregirlos.
Pero también es útil el castellano para que el rezagado de la clase te deje de mirar con cara de póker y empiece a hacer la actividad correspondiente, evitando así quedarse aún más rezagado. O para aclarar ciertos aspectos esenciales sin los cuales no se alcanzarían los objetivos planeados para esa clase.
En definitiva, no discuto que en la clase de inglés, éste debe ser el instrumento de comunicación predominante, pero no malgastemos energía y tiempo en rituales innecesarios para aparentar que somos mejores profesores. Eso se demuestra de otra forma.

viernes, 1 de octubre de 2010

Los otros

Vuelvo a dar clases. Esta vez en otro cole, aún más grande que el anterior y en un horario algo extraño: de 8.30 a 9.30.
Hoy ha sido mi primer día y, por supuesto, merece ser comentado en este blog, que para eso está.
Vuelvo a estar con un grupo reducido (13) de niños de 3º de Primaria. Parecen majos y responden mejor a las peticiones de silencio y a la disciplina que mis pequeños salvajes del año pasado, pero... no son ellos.
Y tengo una nostalgia increíble de mis niños... Imagino que con el tiempo me acabaré acostumbrando a ellos y ellos a mí, pero de momento no puedo verles nada más que como intrusos en mis clases. Ya sé que no tiene sentido, que es imposible que sean intrusos cuando es para ellos para quien planifico, pero es así como lo siento.
Y el cole se me hace grande, y el estrado (sí, habéis leído bien) se me hace altísimo y la distancia entre las mesas eterna.
En fin, imagino que con tiempo empezaré a sentirme más cómoda.
I'll keep you posted.