jueves, 16 de diciembre de 2010

Las tarántulas no tienen plumas

Decidme que no tenéis ganas de saber cómo un niño llega a pronunciar esa frase en clase de Inglés. Seguid leyendo, que os lo cuento:

Aunque, oficialmente, mi clase comienza a las 8.25, a esa hora estamos yo y la pizarra en el aula. Alrededor de y media suele llegar E, que me ayuda con la colocación de los materiales que uso todos los días y poco después ya llega el resto. Hoy, a primera hora, ya éramos tres y como siempre, les pedí a E y S que me ayudaran con los carteles y que recogieran un abrigo que había tirado en el suelo. Cuando E lo levanta, lo sueltacorriendo y grita "¡Una araña!" y yo, condescendientemente le digo que no exagere, que si es más pequeña que ella no creo que le haga nada.
En esas estamos cuando E me señala la manga del abrigo y allí estaba la araña. Araña por decir algo, porque era el bicho más grande que he visto en mi vida. Simulando que aquello era lo más normal del mundo, he cogido el abrigo y lo he sacado fuera de la clase (no, no he sido capaz de matarla) y cuando la araña ha salido corriendo por el pasillo a aterrorizar a otros niños, hemos vuelto a coger el abrigo como si nada.
Obviamente, según fueron llegando los demás niños, fueron escuchando la historia de la "tarantula", rebautizada así por la teacher que sabe que "very big spider" se queda corto y que los niños no recordarían nunca "huge spider", que es lo que corresponde a semejante criatura.
La clase continuó, y yo abrí mi carpeta para pasar lista. De uno de los apartados salió una pluma, imagino que de algún abrigo o similar y, enseñándosela a los niños, dije en español (sí, oh omnisciente coordinador, el español tiene cabida en mi aula): "Parece que hoy es el día de la fauna salvaje, primero la tarántula y luego la pluma." A lo cual Á respondió desconcertado con la frase que da título a la entrada.

Porque, queridos futuros maestros y futuros padres, una cosa que hay que tener muy en cuenta cuando se habla con niños es que nunca se deben utilizar metáforas ni comparaciones de ningún tipo con los niños. Porque, si intentas explicar que si te preguntan "May I bore the board?" (E, la descubridora de la araña, es a su vez una experta generadora de términos en Spanglish) te están preguntando si pueden aburrir a la pizarra, se quedarán con eso y la mayoría seguirá sin acordarse de cómo es la pregunta correcta.
Moraleja over.

Ahora sólo me falta que se me quiten los picores que me entran cada vez que pienso en la arañita de marras y esperar que su hermana gemela no se haya colado en mi cartera...

Os mantendré informados.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Impotencia

Como maestra, mi principal meta es ayudar. Ayudar a que los niños entiendan más, hablen mejor en inglés, aprendan a organizarse... La mayor parte de las veces con paciencia y constancia por parte del profesor y con voluntad e interés por parte de los alumnos se consiguen esos objetivos. Otras no. Cuando hay una enfermedad o un trastorno mental que se interpone entre el profesor y el niño, lo único que queda es la impotencia. Impotencia porque no hay ninguna técnica en el mundo que cure, impotencia por ver cómo el trastorno puede con el niño e impotencia al imaginar cómo irá evolucionando la cosa según él vaya creciendo.
Es cierto que la asignatura de Magisterio que debió haberme preparado para el trato con alumnos con necesidades educativas especiales fue impartida por dos personas bastante poco competentes, pero aunque hubiera recibido una base teórica solidísima, creo que sólo podría conseguir unas pocas cosas de todas las que me gustaría.
Me gustaría que M no llegara de casa alternativamente acelerado o apático. Me encantaría que me entendiera cuando le hablo y no se bloqueara soltando una retahíla totalmente improcedente de anécdotas aleatorias. Sería maravilloso no encontrarme con notas llenas de rabia dirigidas hacia sus compañeros. Y sería genial que él no sufriera.
M está bajo tratamiento psicológico y yo, que sólo soy una profesora de extraescolares, no puedo hacer más que ofrecerle toda mi paciencia y reforzarle los pequeños éxitos que vamos consiguiendo día tras día. Y esperar que sirva de algo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Cómo mola

La vida cuando tienes ocho años, básicamente mola. Mola que sea tu cumple y todo el mundo te felicite en cuanto entras en clase. Mola que te rompas un brazo y en cuanto pongas un pie en el aula todos tus compañeros se abalancen sobre tí para preguntarte qué te ha pasado. Mola aún más que te regalen piruletas luminosas, fantasmas para poner de adorno en los lápices o pulseritas de silicona.
Los niños a esta edad tienen tal interés y fascinación por todo lo que les rodea, que hasta pasar lista a sus compañeros provoca un "¡cómo mola!" espontáneo de N. Que, por cierto, hoy celebra su cumple, y Á, que está invitada, ha dicho las palabras mágicas: "Espero que te guste mi regalo, porque vas a ser la primera del cole en tenerlo". Eso sí que mola.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Profes


Lo sé, tengo el blog algo abandonado... Me lío con otras cosas y lo voy dejando y dejando.. Pero de hoy no pasa.

La imagen que he puesto arriba corresponde a la campaña de homenaje al maestro de la FAD y me parece genial.
Porque sí, porque aunque regañemos y no dejemos hablar en clase, aunque requisemos peonzas, cromos y (juro que es cierto) piruletas luminosas (pronto escribiré un post al respecto), en el fondo se nos quiere. Y aunque no lo confiesen ni bajo la tortura más torturosa, los niños se lo pasan bien en el cole. Principalmente gracias a los compañeros, eso es cierto, pero también nosotros ponemos algo de nuestra parte.
Hoy, sin ir más lejos, ha venido una madre a verme y me ha contado que su hijo, que lleva apuntado a extraescolares de inglés desde muy pequeño, si no hubiera sido por esas clases, no habría querido ir al cole ni atado. Así que ya véis que los profes "extraoficiales" también ponemos nuestro granito de arena. ¡Qué ilu! :)

PD: Ya sé que esto de los motes es más bien propio de chicos algo mayores, pero siempre he tenido curiosidad por saber cuál sería el mío... :D

miércoles, 13 de octubre de 2010

Poker face

La empresa que me ha contratado se jacta de seguir el "direct method", cuya principal característica es que la única lengua utilizada en el aula es el inglés. Esto da lugar a múltiples situaciones en las que María tiene que gesticular, saltar y vocalizar hasta aparentar cierto trastorno mental para, finalmente, desistir y decir la dichosa palabra o instrucción en castellano común, siempre intentando que el coordinador no me oiga ("está para ayudaros, no para vigilaros" pfff...)

Y es que está muy de moda esto de demonizar la lengua materna, y, como humilde maestra novata, considero que es un gran error. La lengua materna nos proporciona la estructura de aprendizaje de las demás y es un apoyo extremadamente útil en la enseñanza de lenguas extranjeras. Sólo conociendo a fondo cómo hablan y, por lo tanto, cómo piensan nuestros alumnos podremos entender las razones que les llevan a cometer determinados errores y las estrategias que deben seguir para corregirlos.
Pero también es útil el castellano para que el rezagado de la clase te deje de mirar con cara de póker y empiece a hacer la actividad correspondiente, evitando así quedarse aún más rezagado. O para aclarar ciertos aspectos esenciales sin los cuales no se alcanzarían los objetivos planeados para esa clase.
En definitiva, no discuto que en la clase de inglés, éste debe ser el instrumento de comunicación predominante, pero no malgastemos energía y tiempo en rituales innecesarios para aparentar que somos mejores profesores. Eso se demuestra de otra forma.

viernes, 1 de octubre de 2010

Los otros

Vuelvo a dar clases. Esta vez en otro cole, aún más grande que el anterior y en un horario algo extraño: de 8.30 a 9.30.
Hoy ha sido mi primer día y, por supuesto, merece ser comentado en este blog, que para eso está.
Vuelvo a estar con un grupo reducido (13) de niños de 3º de Primaria. Parecen majos y responden mejor a las peticiones de silencio y a la disciplina que mis pequeños salvajes del año pasado, pero... no son ellos.
Y tengo una nostalgia increíble de mis niños... Imagino que con el tiempo me acabaré acostumbrando a ellos y ellos a mí, pero de momento no puedo verles nada más que como intrusos en mis clases. Ya sé que no tiene sentido, que es imposible que sean intrusos cuando es para ellos para quien planifico, pero es así como lo siento.
Y el cole se me hace grande, y el estrado (sí, habéis leído bien) se me hace altísimo y la distancia entre las mesas eterna.
En fin, imagino que con tiempo empezaré a sentirme más cómoda.
I'll keep you posted.

lunes, 31 de mayo de 2010

Lesson 45



He pasado 45 horas de mi vida con este pequeño grupo de seres incomprensibles y todas y cada una de ellas han sido inolvidables (que no buenas). Me han enseñado a enseñar mejor que ninguna asignatura de Didáctica y, lo más importante, me han recordado lo que significa ser niño (niño concreto, no el ser abstracto del que hablamos en la Universidad).
En la clase de hoy, que ha consistido en juegos, básicamente, también les he pedido que me dijeran lo que les gustaba de mis clases y lo que no. Y la verdad es que el resultado ha sido muy satisfactorio: les han gustado la mayoría de los juegos, el sistema de recompensas que he utilizado, las canciones... Y no les ha gustado cuando me enfadaba (lo contrario habría sido preocupante) y algún que otro juego que, la verdad sea dicha, era bastante flojillo. Así que me llevo un balance totalmente positivo de mi breve experiencia como maestra y la convicción de que quiero dedicarme a los niños toda la vida. Creo que son la herramienta más eficaz para contribuir a la construcción de una sociedad más sana (en el más amplio sentido de la palabra) así como más tolerante y respetuosa. Y no se me ocurre mejor trabajo que el de profesora para contribuir en ese cambio.

P.D.: Esta será mi última entrada en este blog por ahora. Si hay suerte, lo retomaré en Septiembre / Octubre, hasta entonces, sed felices. Seguiré escribiendo (espero que con más frecuencia que hasta ahora) en http://iwasthinkinabout.blogspot.com

lunes, 24 de mayo de 2010

Cracks

Magisterio se incluye en la rama de estudio de las Ciencia Sociales o las ciencias no exactas, por oposición a las Matemáticas, por ejemplo. De ahí que el trabajo que se realiza día a día en el aula tenga un efecto incierto sobre nuestros alumnos: puede que a algunos les resbale, puede que a otros, en el camino entre un oído y otro se les quede algo y puede que a algún otro le resulte muy revelador alguna parte de todo el rollo que les metemos a los pobres en una hora de clase (aunque yo la verdad es que me lo paso muy bien :) ).
En cualquier caso, cuando algún examen externo al centro aprueba a todos tus alumnos, se te sube el ego, qué le vamos a hacer.

Porque puede que detesten tener que quedarse en el cole hasta las cinco toooodos los días de todas las semanas, pero al final el esfuerzo ha dado resultado. Y, ya digo, nunca sabremos si han influido más los juegos y ejercicios que he hecho con ellos, su propio interés u otros factores totalmente ajenos al aprendizaje del inglés (véase padres pesados), el caso es que mis niños son unos cracks (pronúnciese /kræk/, por favor, que estamos en clase de Inglés ;) ) y me encanta hacerme la ilusión de que he tenido algo que ver en el proceso.

jueves, 6 de mayo de 2010

Risa

Por algún extraño motivo, la risa queda excluida del colegio como si fuera perjudicial para el desarrollo de los niños. Cerramos la puerta del aula y nos olvidamos de chistes y tonterías varias para dedicarnos a "lo importante".
Puede que detrás de esta actitud esté el miedo a parecer un profesor que no se toma en serio su trabajo o quizás a que los niños empiecen a considerarnos más un colega que una figura a la que respetar y escuchar. Pero se nos olvida que la risa, ante todo, es una forma universal de comunicación.
Como dicen "First Degree":
Tell everybody they laugh in the same tongue
Tell everybody they cry in the same tongue
Y es que últimamente me he dado cuenta de esto con mis niños de tercero. He tenido, en dos días diferentes, momentos en los que me he tenido que reír abiertamente ante las ocurrencias de los chavales:
Un día, explícandoles lo que íbamos a hacer "at the beginning of the lesson" les entró una risa generalizada que yo no entendía... "¡Bikini! ¡Bikini!" decían, y se partían.
Y ayer, jugando a charades (mímica) R me dijo que si podía hacer como que estaba cazando. Le dije que sí y, tras unos segundos en la zona donde solemos hacer la mímica disparando un arco imaginario, pasó a tomar medidas más drásticas paseándose por toda la clase y haciendo como que disparaba a sus compañeros con una escopeta.
Y cuando finalmente uno de ello dijo "He is hunting", exclamó: "¡¿Pero por qué no se mueren?!"

Reíros, maestros, que nadie se ha muerto todavía por una buena carcajada.

viernes, 30 de abril de 2010

Mami

Es frecuente que los niños asocien a la profesora con la figura materna. También lo es que tengan de vez en cuando lapsus en los que nos llaman mami, como me pasó a mí el otro día o incluso daddy, con el consiguiente cabreo de la profe irlandesa correspondiente :D. Esto pasa más con los peques, según se van haciendo mayores son capaces de filtrar mejor sus pensamientos...
Pero es curioso: te pueden llamar mami, te pueden decir que no quieren que te vayas, te pueden decir que esa ha sido la mejor clase de inglés de todo el curso... pero en un mes te habrán olvidado.
Alguien dijo una vez en la universidad, que nuestra meta debe ser proveer a los alumnos con las herramientas necesarias como para que al final del trayecto ya no nos necesiten.
Y es una imagen bonita, pero a mí sigue dándome pena.


martes, 27 de abril de 2010

Inocentes

Los niños de hoy en día se expresan como si fueran adultos desde que tienen muy pocos años, puede que por la influencia de la tele o por que los padres hablan con ellos hoy más que nunca (¡ojalá!). El caso es que acabamos pensando que saben mucho más de lo que en realidad saben y tendemos a tratarles como adultos cuando en realidad son niños igual que lo fuimos nosotros en su día.

Ayer tuve clase con los de tercero y, aunque hubo por lo general un ambiente bastante bueno de trabajo, algunos estuvieron un poco provocadores. Como D, que se tiró unos cinco minutos succionando su antebrazo mientras yo intentaba ignorarle a pesar del ataque de risa incontrolable que le entró a la niña que estaba sentada detrás de él.
Di por zanjado el asunto tras una pequeña regañina pero al poco tiempo D levantó la mano, me señaló el chupetón que se había hecho en el brazo y me dijo con cara de preocupación:
María, mira lo que me ha pasado.
Os juro que a veces es difícil mantenerse seria en situaciones como esta... :D
Le expliqué que eso era un chupetón, que era como un moratón y que no se preocupara, que se le quitaría con el tiempo.
Y no hubo ninguna risita. Porque no tienen ni idea de lo que es un chupetón ni de a qué va asociado.
Aunque se pongan minifaldas y su mayor ídolo se Hannah Montana, siguen siendo niños. Y eso me consuela enormemente.

martes, 20 de abril de 2010

Pegatinas

Creemos que somos más diferentes entre nosotros de lo que en realidad somos. Creemos que los niños de hoy no son como nosotros cuando éramos niños, que los niños ingleses no son como los españoles, que cada vez vamos a peor.... Pero llevamos yendo a peor desde los griegos, quienes también se quejaba de "los jóvenes de hoy en día" así que digo yo que no será para tanto.
Esta reflexión viene porque hoy una de mis niñas de primero me ha enseñado su álbum de pegatinas (¡! ¡!), básicamente igual que el que yo tenía (y aún conservo) de cuando era pequeña. Aunque ahora, todo hay que decirlo, las pegatinas molan muchísimo más: las hay hasta con bolitas o lentejuelas dentro!!! Increíble.
Y no es verdad que los niños sean tan diferentes entre sí; hasta donde yo sé, cualquier niño de cualquier parte del mundo es feliz jugando al pilla-pilla. O con un balón.
Es más, tampoco nosotros los adultos nos diferenciamos tanto de los niños: necesitamos que nos digan las cosas veinte veces hasta que nos enteramos, creemos que somos estupendos y que siempre tenemos la razón y nos encanta soltar nuestro rollo y que nos escuchen.

Madre mía, la de conclusiones que se pueden sacar de una pegatina con forma de pintalabios...

P.D.: Pregunta para lingüistas formulada por un niño de seis años "¿Por qué hay tantas palabras en inglés que terminan en y ?"
No f****** idea, querido.

sábado, 17 de abril de 2010

Ingeniero

Recuerdo que cuando era pequeña y mi padre hablaba de sus alumnos, siempre me llamaba la atención lo mucho que sabía de ellos sólo con observarles en clase y me preguntaba si mis profesores también tendrían una idea tan completa de cómo era yo.
Es curioso cómo apuntamos maneras desde nuestra más tierna infancia. En mi grupo de tercero hay un niño, J, que me apuesto 1000 euros a que el día de mañana será ingeniero. O cualquier otro tipo de científico.
El viernes me enseñó un aparato que había montado él mismo que consistía en un motor que, al ponerle una pila y apretar un botón, hacía que girara una artilugio. Alucinante. Una pena no haber tenido una pila a mano.
Y pensaba yo hoy en voz alta que es inútil que yo le intente enseñar inglés, porque gran parte del tiempo se lo pasa construyendo cosas con lápices y blu-tack, con su estuche o con lo primero que pille. Y me ha dicho mi madre: Bueno, pero si es científico, en un futuro necesitará el inglés, así que tú sigue intentándolo.

Eso haré. Seguir intentándolo. Aunque a veces sienta que me toman por el pito del sereno por ser de extraescolares. A pesar de que muchas veces me entre un instinto asesino casi imparable, especialmente los viernes por la tarde. Aún sabiendo que muchos de ellos es probable que ni me recuerden dentro de un par de años, seguiré intentándolo.

Porque enseñar es eso, mantener la esperanza. En los niños y en uno mismo. Y creer que todo puede ir a mejor. Y esperarlo.

lunes, 12 de abril de 2010

Madre

Hoy he tenido mi primera conversación con una madre. A, su hija, me dio una nota de su parte respondiendo a un comentario que la otra profesora había puesto en el boletín de notas respecto a la falta de interés de la niña en extraescolares. Como no se aplica a mi clase, a la salida del cole le pedí a A que me dijera dónde estaba su madre para poder comentárselo personalmente.
Cuando llegamos me presenté y nos alejamos un poco de los niños para que no cotillearan. Le expliqué la situación: que puede que la niña no muestre interés en clase de gramática pero que en conversación responde muy bien y que el único problema era que a veces hablaba más de la cuenta, pero vamos, nada fuera de lo normal en una niña de ocho años.
Y me contestó que había escrito la nota porque A se porta muy bien en las clases ordinarias pero en extraescolares parece que se relaja un poco, y ella realmente tiene interés en que aprenda inglés, ya que ella no sabe. Lo que quería mostrarle con la nota era que su comportamiento en extraescolares también tiene consecuencias, que también hay que tomárselo en serio.
No he sabido qué más añadir. He asentido a todo lo que ha dicho, he alabado su decisión y he salido del cole.
Y mientras esperaba a cruzar el semáforo de camino a mi casa le he hecho una ola mental. Ojalá hubiera más padres como ella.

viernes, 9 de abril de 2010

Viernes

Creo que es experiencia común de todos los profesores: los viernes son días que ejercen una influencia diabólica en los niños. Ya se puede uno olvidar de dar clase. Es imposible. Y más siendo de extraescolares.
Mira que me lo he propuesto veces y veces: los viernes juegos. Pero confío en ellos e intento avanzar algo en los contenidos. Y por supuesto llego siempre a mi casa con la necesidad imperiosa de pincharme tila en vena.
Hoy no ha sido diferente. Mi clase de una hora ha consistido en pasar lista, repartir los diplomas y explicar y hacer UNA actividad ( ¡¡¡¡una!!!! ). Suicidal.

Y mientras, en mi estupenda Programación para la oposición, los niños se portan bien en todas las sesiones y todas duran sesenta minutos. Y un huevo.
Pero qué bien viene imaginarse de vez en cuando que la lección perfecta existe. Y qué bien sientan las raras ocasiones en las que efectivamente, pasa.

jueves, 8 de abril de 2010

Amigos

¿Sabes qué? me dice A, el niño del ya mítico dibujo que ilustraba la frase I am swimming.
¿Qué? le digo
Que Á y yo ya somos amigos.
¡Me alegro mucho! Y eso por qué, ¿habéis hablado?
No, dice Á.
Cara inicial de confusión de A, que enseguida añade: No hemos hablado pero ya somos amigos.

Asienten ambos con cara de circunstancias y se van a jugar al pilla pilla a la parte del patio donde da el sol, que los otros todavía tardarán un rato en llegar de Educación Física y aunque ya es Abril, a la sombra todavía hace fresquito.

Así de sencillo.

martes, 6 de abril de 2010

(R)e(S)fuerzo

Tenía una entrada pendiente del último día de clase que pensaba titular "Esfuerzo" y a la de hoy le viene como anillo al dedo el título de "Refuerzo", de ahí un título final tan confuso.

Las dos entradas van sobre el mismo niño, A, un pequeño trasto de 6 años al que dedico la mayor parte de mi esfuerzo en las clases de martes y jueves.
Empecé a fijarme más detenidamente en su actitud (más allá del "be quiet" o "sit down properly") cuando me preguntó un día si yo creía que él era el payaso de la clase. Me lo preguntó con tal cara de preocupación, que yo inmediatamente le dije que no, que lo único que hacía era hablar mucho pero que no era para nada un payaso.
A partir de ahí, observé que hacía esfuerzos por trabajar en clase pero se distraía facilmente si no tenía mi atención constante. Así que pasé a reforzarle positivamente (alabar o premiar los comportamientos que queremos promover en el niño) cada pequeño paso que hacía en la tarea.
Y funcionó. Desde una semana antes de las vacaciones o así, A muestra mucho más interés en todo lo que hacemos en las clases. Incluyendo una cestita con huevos de chocolate que preparamos como regalo de Easter para los papás. Cestita que montó con todo el amor del mundo y que se le destrozó al cogerla del asa que no estaba bien pegada.
Pero no sólo se le desmontó, además, todos los huevitos rodaron por el suelo, el papel de seda que rellenaba la cestita se perdió por el camino... en fin, una situación un tanto apocalíptica.
Y me dio una pena tremenda ver cómo todo el esfuerzo con el que había trabajado se hacía añicos delante de sus ojos... Y me dio aún más pena cuando la madre le vio llegar con el desastre bajo el brazo y cara de desesperación y lo único que se le ocurrió decir fue "Pero A, hijo, ¿cómo sales sin chaqueta?".

En fin, que aunque sólo me queda un mes de clases con este grupo, voy a hacer todo lo posible porque su esfuerzo se vea recompensado. Porque hoy te has portado muy bien, sí, pero lo que más me alegra es que sé que el próximo día también te esforzarás por conseguirlo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Saben

Yo sé poco, lo justo para manejarme.
Tú sabes, dependiendo de quien seas, pero principalmente sabes lo que te interesa.
Él, ella y ellos, definitivamente, saben más que yo.

Porque hoy, último día de clase antes de las vacaciones de Semana Santa ("Easter" escribo en la pizarra, y las hipótesis que han salido sobre su significado no tienen precio... ) había planeado una super lesson llena de huevos de chocolate y ha sido un ligero desastre, principalmente por fallos míos.
Y ha sido estupendo que unos niños de ocho años me bajen de la nube.

"Oye, es que si quieres que busquemos los huevos de tres en tres niños dínoslo primero para que no nos levantemos todos a la vez"

"María, se te ha olvidado decir las happy faces"

"María, ¿y las notas?" (¡!¡!¡!)

Total, que la profe de extraescolares no estaba hoy en su mejor día, pero aún así, ha sentido que ha merecido la pena porque cuando S le ha preguntado que qué íbamos a hacer hoy y ella ha contestado que algo divertido porque era el último día, él ha contestado:
"Siempre es divertido lo que hacemos... al menos a mí me parece divertido"

Y al final de los sesenta minutos, daba igual el calor sofocante en el aula o que la Easter Egg Hunt no hubiera servido para repasar las preposiciones.

El trabajo que hago todos los días merece la pena por momentos como ese...
y por un "japi jolidais" sonriente de la niña que nunca hablaba.

martes, 23 de marzo de 2010

Hablar

Siendo profe de inglés, la mayor parte del tiempo me dirijo a mis alumnos en ese idioma, excepto cuando su cara de desconcierto es demasiado grande, momento en el cual paso a preguntar a algún niño si puede aclarar en español lo que he dicho y si es imposible, lo explico yo. Las brocas, por supuesto, van siempre en la lengua materna, pero eso es otra historia.
El resultado es que me comunico en un idioma que no es el mío con niños cuyo idioma materno tampoco es el inglés, con lo que nuestros temas de conversación y profundidad de los mismos quedan algo reducidos.
Ayer, hacia el final de la clase, los niños empezaron a hablar entre sí del Trinity, examen para el que les estoy preparando, y yo, al ver que tenían muchas dudas, decidí prescindir del bingo que había preparado y emplear los últimos diez minutos en hablar sobre el examen. Les pregunté si tenían miedo, les dije que me hablaran de la experiencia que tuvieron el año pasado, que me contaran si se sentían seguros o no, les expliqué por qué es importante presentarse a ese tipo de exámenes... Y fue maravilloso.
Obviamente, toda la conversación tuvo lugar en español, así que pude expresarme libremente, con la seguridad de que entenderían lo que dijera, y ellos pudieron comunicarse conmigo obteniendo una respuesta directa comprensible.
De verdad que es increíble la diferencia.
Así que ayer salí enamorada de mis niños y de mi profesión que, afortunadamente, va mucho más allá de enseñar el present continuous. Ser maestro es hablar y escuchar. Agacharte a la altura de los niños para que te cuenten que se muerden las uñas cuando están nerviosos por los exámenes, admitir que a ti también te pasa, sonreir y abrazar.
Ayer, por unos minutos, me sentí maestra y no profe de extraescolares. Y la experiencia no pudo ser más satisfactoria.

viernes, 19 de marzo de 2010

De verdad

Ayer fueron las fiestas de mi cole de martes y jueves, con lo cual mi grupo se redujo de ocho a tres, imagino que también por ser día antes de puente.
Dentro de las celebraciones, hicieron un espectáculo para los peques (entre los que se incluyen mis mini niños) en el que había magia, canciones.... y personajes Disney.

Y mientras esperábamos a que vinieran el resto de los niños en el patio me dice C: "¿Te digo un secreto, María?"
Sí, claro, dime.
Pues que en el espectáculo de hoy salía Minney (¿se escribe así?) y decían que era de verdad pero yo sé que no, porque mi hermana y yo fuimos a Disney (así, en abstracto, me lo dijo) y la voz era diferente y además a esta se le veía un poco el brazo por debajo del guante y luego cuando el presentador hizo un truco de magia apareció una señora que tenía el mismo brazo que yo había visto antes...

No supe qué contestar.

Y me entró nostalgia de cuando yo también creía todo lo que me decían y todo lo que veía en las películas o sobre el escenario. Quizás deberíamos recuperar esa credulidad que hace la vida mucho más fácil y entretenida de lo que en realidad es.

Y con todo esto, me han entrado unas ganas horribles de ir a Disney Land... ¿alguien se apunta?

jueves, 18 de marzo de 2010

Tiburones y cucarachas

Si hay una cosa cierta es que los niños nunca dejan de sorprenderte.
Lo bueno de estar trabajando con dos edades diferentes es que de cada una disfrutas cosas muy distintas pero igual de entretenidas y gratificantes.

La entrada de hoy será breve por tres motivos:
1) Porque ya no son horas
2) Porque estoy muy espesa después de llegar de la academia a las diez
3) Porque hoy los niños se han portado bien, como corresponde a todo Miércoles que se precie

Con este grupo de tercero estamos machacando hasta el infinito el present continuous, ya que parte del examen al que se presentan a finales de curso consiste en describir una foto y para eso necesitan manejarlo con facilidad.
Hemos estado haciendo juegos y diferentes actividades y, al final, les he dado una worksheet para asentar estructuras y ver cómo van progresando. Como siempre, algunos han terminado antes que otros y les he dicho que se dibujaran a sí mismos haciendo algo y pusieran debajo una frase que describiera la acción.
Muchos de los dibujos estaban dentro de lo previsible: I am playing football, I am dancing... Pero ha habido dos con los que me he descojonado interiormente:
En uno de ellos (hecho por A, futuro dibujante profesional aunque él lo que quiera ser es futbolista famoso) aparece un niño saltando desde un trampolín en el que se aprecia todavía el efecto del impulso del nadador que está cayendo de cabeza a una piscina en la que le espera un tiburón con la boca bien abierta. Y el pie de foto reza: "I am swimming".
El otro dibujo no lleva pie de foto pero ha sido subtitulado oralmente por J (futuro ingeniero que diseccionó un tipex de cinta y lo convirtió en un artilugio tan fascinante como inútil): "Me he dibujado pisando una cucaracha" O sea, pienso yo, "I am stepping on a cockroach", muy útil para cuando el examinador le pida que describa una foto :D :D.

Así es la imaginación de libre. Y así de maravillosa.

martes, 16 de marzo de 2010

Almendros

Hoy tocaba clase en el otro cole, con los niños de primero. La ventaja de estas clases es que son mucho más relajadas porque sólo tengo a ocho y nunca suelen estar todos y además no tengo que hacer recursos ni prepararles para ningún examen, así que yo entro y salgo con un gran karma...
En estas clases debo limitarme, según mi empresa, a seguir el método (para los no iniciados, lo que viene a ser el libro de texto al dedillo), así que eso he hecho hoy. Abrir el libro del profe y hacer lo que me dice, aunque con algunas modificaciones cuando la actividad es demasiado estúpida.
Hoy tocaba empezar la unidad con el creativo título de "In the park", que imagino que los diseñadores del método habrán elegido como tema para Marzo por coincidir con el inicio de la primavera.

Pero a mí me gusta más ver la primavera a través de los ojos de M.
"¿A que los almendros señalan el comienzo de la primavera?" (tenéis que imaginaros esta frase en boca de un mini niño al que le faltan los dos paletos y que mide poco más de un metro), me ha preguntado, señalando a un arbolito que se ve desde nuestra ventana.
"Claro que sí." le he dicho "Son los primeros en ponerse en flor."
C, una niña que lo cree saber todo, ha dicho para picarle "¿Pero cómo van a señalar nada si no hablan?"
M me ha mirado desconcertado y yo le he hecho saber con una sonrisa que me gustaba más su versión de los hechos.

Con C, que es extremadamente repipi, me parto de risa.
Hoy se ha levantado un niño para ir al baño y en cuanto ha salido por la puerta ha dicho: "A va a vaciar la vejiga"
Y cuando le he pedido que explicara al resto de sus compañeros lo que es la vejiga me ha dicho "Pues el pito" :D :D
La he ignorado porque tenía miedo de a dónde podría llegar la conversación...

En resumen, que la clase de hoy ha tenido una gran parte de conocimiento del medio, pero es que la vida no está compartimentada. Y de todo se aprende.

lunes, 15 de marzo de 2010

Insolencia

A veces te los comerías y otras te arrepientes de no haberlo hecho cuando todavía podías...

Confieso que me río mucho con mis niños. Sobre todo después de la clase cuando le suelto todas las anécdotas del día a quien se me ponga por delante. Pero hoy no he matado a A porque no es costumbre y las pequeñas cosas que me han hecho gracia de los otros niños han quedado eclipsadas por el mal cuerpo que se me ha quedado..
Ha pasado lo siguiente:
Muy al comienzo de la clase, mientras pasaba lista y hacía las rutinas habituales con ellos, el nivel de ruido ha llegado a tal punto que un niño me estaba intentando decir algo desde la segunda fila y no era capaz de entenderle. Y yo, en mi afán por intentar que los niños comprendan que no se están comportando bien, en lugar de chillar, les he dicho:
"¿Cómo es posible que R me esté hablando a menos de un metro y no sea capaz de oírle?"
"No lo sé" me ha dicho A, en mitad del silencio sepulcral que se había hecho.
Y le he echado de clase.
Juro que he notado cómo se me caían los músculos de la cara de la sorpresa ante la respuesta del niño. Acojonante.

Por lo demás, la clase ha ido bien. Estaban un poco más revolucionados de la cuenta, pero vamos, sobrellevable.
Y como siempre, me parto con sus comentarios. Porque una cosa que he aprendido es que lo que le tengas que decir a los niños hay que decírselo dando el menor rodeo posible, porque si no se pierden en el camino.
Mientras estaba esperando a que se hiciera silencio dije: Sólo hay cinco niños de los trece que sois que están callados.
Y levanta la mano S muy preocupado y dice: "Pfff, pues eso es que hay ocho que lo están haciendo mal" :D (deben machacarles mucho el cálculo mental durante la mañana)
También he tenido perlas como que Sao Paolo está en Rio de Janeiro y cosas así, pero ninguna reseñable.
Lo dejo por hoy.
Espero intensamente que mañana sea otro día.

domingo, 14 de marzo de 2010

La profe

María. 22 años. Nacida y residente en Madrid.

Llevo desde Febrero dando clases extraescolares a niños de Primaria en dos colegios distintos de mi ciudad.

Cuando me puse por primera vez delante de los niños no tenía ni la más remota idea de por dónde comenzar, pero en seguida ellos me lo hicieron saber:
Profe, ¿borro la pizarra?
Profe, fulanito no ha venido hoy a clase porque tenía un cumple.
Profe, profe, profe, profeeeeeeeeeeee!!!

De la primera clase recuerdo lo justo, la verdad. Sólo que pude hacer más o menos lo que tenía planeado y que me tiré el 50% del tiempo con cara de perro con la idea de hacerme respetar. "Las normas son lo más importante" me dicen sin parar mi padre y mi tía, ambos profesores. Así que yo, profe novata, a poner normas.
"Hay dos normas importantes en esta clase, chicos. La primera es que yo no voy a gritar para pedir silencio. Contaré desde cinco hasta cero y espero que cuando llegue al cero estéis callados y con el dedo delante de los labios. La segunda es que os iré poniendo happy faces cuando os portéis bien y participéis en clase. Serán sad faces si os portáis mal."
Nunca habría podido imaginar lo útil que esto me sería.

Bueno, pues ya hechas las presentaciones, me falta decir que el propósito de este blog es mostrar al mundo todos los surrealistas y buenos momentos que paso con mis niños en las clases. Y, si puede ser, servir de guía a todas aquellas personas que estén comenzando ahora y se sientan perdidas.
A todas ellas les digo: Do not worry. Los niños y la enseñanza son una experiencia maravillosa.