miércoles, 10 de abril de 2013

Get up and try (again and again)

Hay días en los que no te sientes profe, te sientes sólo María. María hasta los cojones, desilusionada, cansada, escéptica, dudosa, apática... Pero entras a clase y ellos siguen ahí igual que siempre y esperan que tú sigas ahí para ellos, que para eso eres la profe. Y el día avanza más lento que de costumbre, la cabeza no está en el aula, está en tu vida, esa que tienes fuera y que generalmente dejas al otro lado de la puerta, o esa que está en otras aulas no tan ideales, desafortunadamente... Y haces ejercicios de relajación con ellos para ver si se te pasa (y porque nunca vienen mal) pero nada... Y como ellos son más sabios que cualquier adulto, aunque tú no digas nada de repente empiezan a lloverte más abrazos que otros días. De pronto a la niña retraída le han entrado ganas de hacerte un dibujo y dice que te lo traerá mañana y al niño que nunca calla se le ha ocurrido una idea para hacerte un regalo pero va a ser sorpresa, así que ahí te quedas.

Vuelves a casa con las pilas cargadas, pero ya se sabe los agujeros negros absorben toda la energía, así que tienes que concentrarte mucho en tu firme creencia de que el mundo es mayoritariamente bueno para no hundirte tú entera junto con tus convicciones y tu ética por el mismo agujero que estos últimos días se ha ido tragando poco a poco tu estima profesional. Hay que seguir, porque el que tú seas tú y tus circunstancias no debe interferir con el deber que tienes hacia tus alumnos. Hay que estar presente. Se lo merecen.

...just because it burns doesn't mean your gonna die, you gotta get up and try...