martes, 9 de noviembre de 2010

Cómo mola

La vida cuando tienes ocho años, básicamente mola. Mola que sea tu cumple y todo el mundo te felicite en cuanto entras en clase. Mola que te rompas un brazo y en cuanto pongas un pie en el aula todos tus compañeros se abalancen sobre tí para preguntarte qué te ha pasado. Mola aún más que te regalen piruletas luminosas, fantasmas para poner de adorno en los lápices o pulseritas de silicona.
Los niños a esta edad tienen tal interés y fascinación por todo lo que les rodea, que hasta pasar lista a sus compañeros provoca un "¡cómo mola!" espontáneo de N. Que, por cierto, hoy celebra su cumple, y Á, que está invitada, ha dicho las palabras mágicas: "Espero que te guste mi regalo, porque vas a ser la primera del cole en tenerlo". Eso sí que mola.

3 comentarios:

  1. El principio es estupendo, ya estoy deseando leer los próximos capítulos.

    ResponderEliminar
  2. Me alegro de que te guste :)
    Ya hay unas cuantas entradas más publicadas:

    http://profenovata.blogspot.com

    Espero que me sigas leyendo! :)

    ResponderEliminar
  3. ay! esas pequeñas cosas que nos hacían tanta ilusión!!! deberíamos intentar recuperar a veces ese aspecto tan bonito de la infancia...
    como siempre, un placer leerte!

    ResponderEliminar